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Un santuario de libertad,
un portal de sanación
Un reencuentro con la Vida

Experiencias

Ofrecemos regresos. Regresos a la naturaleza, al cuerpo, al alma... a esa parte de nosotras que nunca fue domesticada. Creamos experiencias íntimas junto a caballos que viven en libertad, en el corazón de la selva maya. Cada encuentro es una invitación a sentir distinto, a mirar con el alma, a recordar quiénes somos cuando bajamos la guardia y volvemos a confiar. Ofrecemos talleres, retiros y sesiones personales que combinan conexión energética, sabiduría ancestral, rituales de tierra y escucha profunda. No se trata de montar caballos. Se trata de honrarlos como guías y dejarnos tocar por su medicina. Es un espacio creado por y para mujeres que sienten el llamado de volver a su naturaleza salvaje, de sanar en comunidad, de despertar con los pies en la tierra y el corazón abierto. Si sentís que hay algo sagrado esperando ser recordado… los caballos ya están escuchando.

No fue un sueño, fue un recordar: Sentir el alma estremecerse ante su mirada... Que la tierra te abraza si te entregas a escuchar, y que el amor… es la mejor manera de caminar.

La Manada

Lo que hace mágicas a nuestras manada no es lo que hacen, sino cómo viven. Aquí, los caballos no obedecen órdenes. Escuchan el viento. No están separados ni encerrados. Viven en comunidad, en libertad, bajo el cielo. Tienen nombres, historias, cicatrices… y el derecho sagrado de elegir. Muchos de ellos llegaron heridos, después de una vida de esfuerzo o encierro. Y acá, poco a poco, se fueron reencontrando con su alma. Viven como lo dicta su naturaleza: en movimiento, en manada, con espacio para jugar, descansar, decir “sí” o decir “no”. Y es desde ese estado —libres, presentes, sin máscaras— que pueden ser verdaderos guías espirituales. Ellos no trabajan para nosotros. Nos muestran el camino. Porque cuando un caballo te mira sin miedo, cuando te elige desde su libertad, algo muy profundo en vos también se libera.

En Cascos Libres, cada caballo es un espíritu libre, un guía y un canal de sanación.

La plenitud con la que viven, su libertad recuperada y su profundo arraigo a la tierra los convierten en grandes portales de sanación.

Es precisamente el proceso de redescubrir su esencia libre lo que hace de este santuario un espacio sagrado, rodeado por la jungla virgen maya, donde la naturaleza se manifiesta en su estado más puro.

En este entorno intocado, humanos y caballos pueden encontrarse en un nivel más profundo. Aquí, cada experiencia es un camino de transformación, un recordatorio de que la verdadera sanación ocurre cuando volvemos a nuestra naturaleza más pura, con respeto, presencia y conexión con la vida.

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